lunes, 17 de mayo de 2010

Más que administrar...TRANSFORMAR

Hace tiempo ya que Sociales cuenta con muchos espacios de discusión, pero con importantes problemas en materia de participación. Es cosa de ver las asambleas de facultad, de carrera, e incluso de curso. Hay un malestar general que no se ha sabido encauzar, unas dinámicas que ya no llaman la atención. Lejos de resolver el problema de cómo nos organizamos para transformar nuestra realidad, la burocratización actualmente existente sólo contribuye a perpetuarlo como está: como un problema no resuelto.

La “comisionitis” se ha tomado nuestra Facultad: hoy prácticamente no hay una sola cosa en Sociales que no tenga una comisión. Y basta un paseo rápido por las numerosas comisiones existentes para darse cuenta de que suelen repetirse prácticamente los mismos rostros. Pero el problema no son los rostros que están, si no justamente, los que hoy no están: la gran mayoría de nuestros compañeros. Y condenarlos y propagandear que no participan porque son individualistas”, es un reduccionismo que no resuelve para nada el problema.

Hoy muchos de nuestros compañeros desearían estar al corriente del cambio que ocurrirá en sus mallas, o de los trabajos que se están haciendo por el terremoto, o bien de los cambios que se vienen en materia de educación a nivel nacional. Lamentablemente, se han creado una serie de mecanismos que solo han derivado en encerrar a los estudiantes en discusiones de carácter técnico, tan llenas de gráficos y números, como vacías en contenido real, en un enemigo concreto, en una pelea al alcance de la mano, que podamos ver con nuestros propios ojos.

No pretendemos tener todas las respuestas para el problema de la participación en Sociales. Pero de algo si estamos seguros: los estudiantes no podemos simplemente ser, como alguna vez dijera un profesor, “burócratas fomes”. No podemos seguir actuando como consultora de autoridades que quieren que las cosas en Sociales sigan siendo igual que ahora, con pequeñas mejoras cosméticas que cambian algo para que al final no cambie nada.

Debemos buscar nuevos mecanismos, porque ya nos dimos cuenta que la participación no es hacer comisiones para todo. Debemos comunicar, hacer que todos sepamos cuáles son los problemas, para que busquemos de forma realmente colectiva soluciones. Y por qué no, debemos de una vez por todas, y realmente entre todos, dedicarnos menos a administrar y más a transformar.

Esperando incentivar el debate,

martes, 4 de mayo de 2010