lunes, 26 de abril de 2010

El costo de la vida sube otra vez...

...Y la Reconstrucción era para quién??


El año pasado, el acuerdo con el Gobierno había sido explícito: congelamiento de pasaje escolar. Eso era lo que sabíamos todos, y es lo que salía en la prensa… hasta hace un tiempo atrás. Hace algunos días la noticia nos cayó encima: el pasaje escolar subió 10 pesos, el adulto subió 20 y la cosa no se quedaba ahí, se venían nuevas alzas.

¿Y cuándo avisaron eso? Revisando la prensa de los últimos meses, la información no sólo está escondida por ahí o es muy poca, sino que también es confusa. 10 ó 20 para el pasaje escolar, 30 ó 40 pesos para la tarifa normal, en marzo, en abril y en mayo, más o menos, nadie se pone de acuerdo. El hecho es uno solo: hay alzas, y nadie estaba enterado.

Las excusas pueden ser muchas. Que el subsidio del Transantiago se acabó, que es por los evasores del pasaje, que simplemente subió el costo de operaciones, y un largo etcétera. Pero solo una cosa es clara: la “modernización” del país la diseñan aquellos que jamás han pisado una micro, y los costos y perjuicios los paga la gente.

En este escenario lleno de medidas de “reconstrucción nacional” que van en contra de las grandes mayorías del país, y muy a nuestro pesar, la izquierda se ha mantenido estática, desorientada y en silencio; ha perdido la capacidad de hablarle al país, a las grandes mayorías, por medio de un proyecto país alternativo y popular. Más bien ha centrado y agotado sus esfuerzos en una construcción política localista, sin vocación de poder y perfil nacional.

Cada problema que aparece frente a nuestras narices es un síntoma y una consecuencia de la política estatal imperante, que no empezó ahora, sino que desde hace años con la Concertación. Desde la desaparición lenta pero segura de nuestros beneficios y subsidios como estudiantes, hasta estas alzas en el pasaje, responden a lo mismo: más privatización, cargarle la mano a la población y no al Estado, echarle la culpa a la ciudadanía y hacerle caso a los privados, y olvidarse de la responsabilidad del Estado frente a los problemas del país, dejándosela al Mercado. Y sus consecuencias también son las mismas: la agudización de las desigualdades enraizadas en todo el sistema, aumentando las brechas entre el más pobre y el más rico, excluyendo cada vez más a aquellos que no tienen las lucas para pagar lo que por derecho es suyo.

No podemos seguir sentados sin hacer nada. Depende de nosotros hacernos cargo de nuestros problemas y exigir lo que es nuestro derecho. ¿Por qué esperar lo que diga el resto? Como estudiantes tenemos la fuerza y la capacidad de tomar esto en nuestras manos, y hacernos cargo entre todos de lo que consideramos importante.

Queremos sumar, pero no ser sumados. No seremos carne de convocatorias oportunistas para "unir a la izquierda", ni apoyo crítico de una oposición por arriba y antipopular, de un "todos contra Piñera" sin sentido que al final del día sea capitalizado por los mismos que gobernaron Chile los últimos 20 años. Dibujemos nosotros el Chile del mañana, y peleemos para que así sea.

¡Mientras Chile no sea un país justo y feliz, nada nos será suficiente!