lunes, 22 de marzo de 2010

Más allá de la caridad empresarial y el asistencialismo artesanal

El escenario post-terremoto ha creado un teatro ideal para las minorías que ostentan el poder en Chile. Bajo el telón de la "unidad nacional", la clase política nos presenta al empresariado como el único actor capaz de reconstruir el país, mientras la devastación fortalece las bases culturales del neoliberalismo. Con total impunidad, las grandes riquezas se soban las manos pensando en las nuevas oportunidades de negocio que abrió la catástrofe y en la alfombra roja que para su saqueo les ha tendido el nuevo gobierno.

La izquierda, en tanto, se ha mantenido estática, tímida y silenciosa, incorporada sin ruido al pacto de gobernabilidad, sin capacidad de proponerle al país una alternativa digna de reconstrucción. Ha sido, en definitiva, vagón de cola de una derecha que asume la catástrofe como oportunidad para reforzar sus lazos con las bases de la sociedad. De no irrumpir un cambio en este escenario, no podemos esperar sino una profundización de las desigualdades para el Chile del Bicentenario.

Pero en medio del trauma, una cosa ha quedado clara: no es por la vía del oportunismo individual que lograremos levantarnos, sino a través de la colaboración y la solidaridad. Frente a la ineptitud estatal y el aprovechamiento de los privados, la organización del mundo popular ha resultado el mecanismo más eficiente a la hora de perfilar la reconstrucción. Pero la izquierda debe estar a la altura, articulando una fuerza crítica y propositiva, que si rechaza la caridad empresarial también se proponga superar el asistencialismo artesanal que la ha condenado a los márgenes de la cancha política chilena.

Así las cosas, disputar el sentido y la orientación de la "reconstrucción de Chile" es un desafío que como estudiantes de la Chile no podemos eludir. La recolección de ayuda humanitaria y el voluntariado de emergencia son tareas necesarias pero insuficientes. En la actual coyuntura, la FECH debe asumir un rol decididamente político, convocando a un referente social para posicionar una alternativa a la vía empresarial de reconstrucción, haciendo valer con fuerza la opinión que como estudiantes tenemos sobre las contradicciones visibles en esta coyuntura y trabajando para que la universidad pública asuma su rol.

La despolitización de las relaciones sociales del Chile actual y su reemplazo por la promesa de movilidad social por la vía del consumo, son el origen tanto de las imágenes de salvaje individualismo que presenciamos tras el terremoto como del arribo de Piñera al poder. Confrontar esta tendencia con el posicionamiento de un actor que conflictúe la reconstrucción oficial debiera ser la preocupación central de una organización como la FECH de hoy en adelante.

Desde ya, comprometemos nuestro esfuerzo para cumplir este objetivo y nuestra disposición de trabajo con todos los grupos que también lo estén.


Con la esperanza intacta!!!


Izquierda Autónoma
Universidad de Chile

Marzo de 2010

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